Guatemala


La Capitanía General de Guatemala1 al igual que el resto de las colonias hispanoamericanas, buscó durante el siglo XIX una independencia de la Corona Española que le permitiera gobernarse por sí misma para cuidar sus propios intereses e impulsar el progreso económico individual.
Sin perder la historia fundamental que ha caracterizado a otras independencias, debemos señalar que Guatemala en los inicios de las luchas independentistas (de 1808 a 1812) era una región que quería permanecer a las órdenes de la Corona española. Según las élites que poseían el poder gubernamental, la monarquía peninsular les permitía poseer ciertos privilegios sociales y económicos dentro de la propia colonia, y aunque el pueblo estaba en condiciones de “desarrollo” deplorables, las clases sociales acomodadas aseguraban que el sistema de estado en que vivían no era tan inadecuado. Sin embargo, esta situación de “pasividad” en la población no sería muy prolongada. En 1812, la Capitanía de Guatemala comienza a sentir temor de que los ideales de emancipación desarrollados en México llegaran a su territorio que tendía a favorecer al sistema colonialista. Sus intuiciones no estaban tan equivocadas, pues para el año siguiente, Guatemala viviría un intento de rebelión por parte de un grupo de clérigos, abogados, médicos y militares que pretendían buscar la libertad y la soberanía de su tierra natal. Tenemos que reconocer que este movimiento fue totalmente reprimido; empero, también debemos destacar que no murió ahí la causa libertadora.
De 1814 a 1817, la política de Fernando VII provocó que en Guatemala se vivieran momentos de alta represión, aparentemente se mantenía un orden que reflejaba la “estabilidad” del aparato monárquico peninsular. ¿Hasta qué punto hubo realmente una tranquilidad política en la Capitanía? A decir verdad nunca hubo un fallecimiento absoluto de deseos emancipadores en las tierras del centro de América; aunque la capital de Guatemala estaba asentada, las otras localidades que componían a la colonia centroamericana se encontraban en constante lucha por convertir sus territorios subyugados en naciones republicanas.
Para 1817 llegó a gobernar el Capitán Carlos Urrutia y Montoya que debido a su edad avanzada, no aplicó la mano estricta del orden; por fin la capital de Guatemala pudo dar a conocer de cierta manera su interés por independizarse de España. Tres años después y aún con Don Carlos en el poder, Guatemala experimentó con más fuerza un tiempo de descontento popular; ya se dejaba entrever que la sociedad no estaba bien y que la política no era tan estable como se pretendía proyectar.
Con las guerras internas de España y con los movimientos emancipadores de América, la Capitanía General de Guatemala no tuvo más remedio que declarar su independencia un 15 de septiembre de 1821. Fue México el principal elemento que influyó para que Centroamérica decidiera declararse libre2.
¿Y qué pasó después de que España dejó de dominar a Guatemala? Nada. Las cuestiones políticas no cambiaron ni siquiera de líderes; las clases acomodadas continuaron con sus privilegios y los pobres siguieron estando desamparados. La oligarquía que poseía el poder en el periodo colonial siguió en el territorio “libre y soberano”.

¿Y entonces qué pasó con este “sincambio”? Guatemala se anexó al Imperio de Iturbide. La oligarquía reinante creyó necesario contar con el respaldo de un rey para conservar sus privilegios económicos. Honduras, San Salvador, Chiapas y Nicaragua seguían siendo hostiles a la capital de Guatemala, se necesitaba entonces un poder mediador que ayudara a reprimir los movimientos más radicales que buscaban en serio una república. Este apoyo en la monarquía de México, fue un deseo más colonialista y conservador, que al final de cuentas no triunfó en lo absoluto. Para 1823, el risible reinado de Agustín de Iturbide cayó derrotado por las manos republicanas del General Antonio López de Santa Anna. Como es lógico, Guatemala no tuvo más remedio que declararse una vez más independiente, esto aconteció un 1 de julio de 1823.
Aquí tenemos que detenernos un momento y decir que Chiapas fue una localidad guatemalteca que no quiso seguir los pasos de su madre patria. Como actualmente sabemos, Chiapas decidió seguir adherida a México, pero ahora bajo el régimen republicano3. Esto trajo muchos problemas entre México y Guatemala durante todo el siglo XIX, y verdaderamente no se arreglaron sino hasta el gobierno de Justo Rufino Barrios.
Continuando con la historia de Guatemala, debemos decir que se hizo una Unión Centroamericana que englobó a todos los territorios que compusieron a la Capitanía General4, aunque todos ellos se formaron con independencias dispares, se intentó armar una “gran república” que no duró por mucho tiempo, cada población tenía sus propias necesidades, y ponerse de acuerdo en un gobierno muy general no traía los beneficios que se esperaban. Finalmente la unión Centroamericana se disolvió en 1842 y cada región manejó su gobierno como mejor le convino, claro es, Guatemala no fue la excepción.


1 La región americana que hoy denominamos República de Guatemala, durante el periodo colonial fue mejor conocida como: Capitanía General de Guatemala; en aquel tiempo se conformaba por los territorios de Chiapas, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Comayagua, Ciudad Real y León. Estos tres últimos se anexaron a la Capitanía durante el siglo XIX.
2 La declaración del plan de Iguala en México y las independencias del sur de América, hicieron que la aristocracia de Guatemala hiciera conciencia de que la Capitanía ya no podía ser colonia de España, ellos mismos que habían defendido el poder peninsular, tenían que proclamar la independencia si quería conservar el poder.
3 Esta decisión se hizo oficial el 14 de septiembre de 1824. El Soconusco fue la única parte de Chiapas que sí se quiso quedar como una región de Guatemala.
4 Hablamos de Costa Rica, Honduras, Nicaragua y El Salvador.


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