Introducción

¿Qué fue lo que ocurrió durante los siglos XVIII y XIX, que provocó la lucha independentista en casi toda Hispanoamérica? Varios factores localistas e internacionales intervinieron en el surgimiento del espíritu emancipador; sin embargo, en cada territorio las circunstancias adquirieron diversos matices.

Si leemos los siguientes textos sobre las diversas independencias americanas, podremos encontrar que las razones más generales que justifican las acciones emancipadoras, tienen rasgos comunes pero que no se pueden afirmar como iguales. Por ejemplo, el ambiente de hostilidad que se vivía en Europa por la invasión napoleónica fue un factor que se aprovechó para buscar cierta “independencia” de los virreinatos pero siempre atenidos a la idea de “lealtad” hacia la Corona Española; las clases privilegiadas del tiempo colonial querían su propia libertad para gobernar los territorios que ocupaban pero no querían perder el mando directo del rey español. Sin embargo, el desarrollo del pensamiento ilustrado, provocó que en otros sectores de la población americana se buscara, ahora sí, una emancipación total del poderío europeo; a esta situación tenemos que agregar que el regreso de Fernando VII (rey de España) después de haber estado en prisión no favoreció a los americanos como se esperaba. Se creía que el rey iba a respetar la Constitución de Cádiz y además permitiría la supresión del poder virreinal en América; empero, cuando retomó el trono monárquico, se limitó a decretar un poder absolutista que tenía como punto de apoyo fundamental la mano represora de los virreyes. La nueva estructura de gobierno español asfixió el sentimiento de lealtad de la población americana. Se comenzaron a idear las nuevas formas de regir a América desde una perceptiva libre.
Tenemos que aclarar que cuando hablamos de “libertad” en América, no debemos entender que este concepto equivale a una búsqueda de igualdad de clases. Los ideales líderes en las luchas por la emancipación radicaban en la conservación de la estratificación social, con la diferencia de que el mando tenía que caer en manos de los patriotas nacionales.
Después de que se desarrollaron las luchas independentistas, fue cuando empezaron a brotar los matices de igualdad soberana, lo sorprendente, es que esta situación se desenvolvió en una facción minoritaria de las luchas. La conciencia de cambio estaba en las mentes que: o eran letradas, o poseían privilegios económicos y sociales. Podemos afirmar, no sin cierto temor, que la masa poblacional aún no concretaba los deseos que le inspiraban las luchas libertarias. Si bien es acertado decir que la gente en general quería un cambio, también debemos señalar que no se encontraban ahí los pensamientos motores de las luchas por la libertad.
Hasta este punto América peleaba por los hilos del poder, se tenían nociones de cómo se organizarían las naciones una vez que triunfaran las independencias; sin embargo, como se podrá observar después, una vez que triunfen las luchas, surgirán los conflictos internos por establecer “el mejor modo de gobierno”. ¿Qué se puede deducir de esto? Que aún con la pretendida uniformidad de peticiones frente a España, coexistían diversos objetivos en la mentalidad de los elementos internos de cada una de las naciones.
Otro factor fundamental que motivó a las batallas independentistas en América, era la búsqueda de un desarrollo económico propio e ilimitado. Para el nuevo continente, España se había convertido en un freno para el avance económico de los territorios; ahora cada nación quería explotar sus cualidades naturales y que el producto de ese trabajo beneficiara a los nacionales, ¿querían que se beneficiara toda la población? No necesariamente.
¿Y que papel tuvieron las masas? La población en general era la mano ejecutoria útil en las batallas, en nombre de ellas se llevaban a cabo las luchas, pero da la impresión de que se les entendía más como entes abstractos; se redujo demasiado el esfuerzo por entender sus verdaderas necesidades. La masa, desde nuestra visión, no tenía cara definida dentro de la generalidad de los movimientos; empero, esto no debe entenderse como que eran sólo materiales de guerra sin complejidad propia, es sólo que no sabemos hasta que punto las independencias fueron movimientos populares.
Esto es a grandes rasgos dos de los elementos que más saltan a la vista cuando intentamos definir las razones por las que se inician las independencias en América. Definitivamente hay muchas más razones y más específicas, pero con esto creemos que es suficiente para entender los escritos que se presentan.

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