Colombia



Corría el año de 1809, cuando la ciudad de Santafé, Colombia1 recibió noticias a propósito de las rebeliones insurgentes que habían brotado en Quito. Las autoridades coloniales que con gran atención observaban estos acontecimientos, sintieron amenazada la estabilidad de su poder, temían que las ideas emancipadoras se propagaran en todo el territorio del Reino de Nueva Granada. La primera reacción que tuvieron frente a tal amenaza, fue la de convocar una Junta de notables para discutir cuáles serían las medidas que se tomarían para combatir con éxito los posibles intentos libertadores que pudieran surgir dentro la de la región colombiana. Sin embargo, el destino paradójico hizo que al mismo tiempo que se llevaba a cabo la Junta, los líderes libertarios se organizaran para dar el golpe que comenzaría con la lucha por la soberanía.
Para finales de enero de 1810 la Junta se disolvió y se propuso un Gobierno de Regencia que no tenía la finalidad de independizarse de la corona española; empero, los deseos de otra parte de la población por conformarse como una nación libre, se avivaron con más fuerza. No podemos dejar de mencionar que la crisis política que se vivía en España era otro factor que ponía en duda el éxito de los intentos por conservar el sistema monárquico en Colombia. Aunque en la península se estaba organizando una forma de gobierno más “constitucional”, los gobernantes en el Reino de Nueva Granada se aferraban a vivir en un sistema gubernamental más hermético pero que permitiera el desarrollo de los privilegios de las clases acomodadas.
Frente a tales ajetreos políticos, es necesario señalar que incluso dentro de las élites del poder en Colombia, existían disputas y diferencias de opiniones sobre cómo debía estructurarse el nuevo sistema de gobierno ahora que España se encontraba bajo la dominación napoleónica. La crisis social estaba en su máximo apogeo; había problemas con la península, había problemas entre los gobernantes de Colombia y había una inconformidad popular por la incertidumbre e inestabilidad que se vivía en aquel territorio americano. A partir de aquellos instantes la hostilidad que la población sentía hacia el gobierno de Nueva Granada, motivó la explosión de movimientos armados que buscaban hacer la independencia de la región colombiana.
Como en el inicio de casi todas las independencias hispanoamericanas, la población necesitada de Colombia no buscó separarse totalmente de España, más bien quería quitarse el yugo de los gobernantes colonialistas que hacían una fuerte opresión a sus deseos de igualdad y superación, ¿y aquella situación permaneció siempre así? No. Una vez que se decidió a dar el golpe mortal de la independencia colombiana un 20 de julio de 1810, los insurgentes matizaron sus deseos políticos con principios democráticos y republicanos; mas aún, para llevar a cabo el plan libertario, no fue necesario derramar ni una gota de sangre compatriota, bastó con ejercer una enérgica presión social sobre los hombros del virrey y su séquito de hombres dominantes.

Fue un inicio libertario que se vivió en Santafé, que aunque pasó como limpio y exitoso, no dejó de ser insípido e inestable. Aun después de la Declaración de Independencia en julio de 1810, el gobierno se mantuvo en las manos restringidas de ciertos privilegiados; sin duda alguna hubo grandes cambios en la dinámica de gobernación; sin embargo, la soberanía que se pregonaba sólo se mantuvo en calidad de abstracción y sueño. Estas ambiguas circunstancias provocaron nuevos movimientos rebeldes que tenían como meta principal establecer un sistema republicano entero y sin excepciones. No pretendemos decir que el triunfo del 20 de julio no fue una movilización completa por la libertad de la nación, sólo aseguramos que fue el inicio de una forma de gobierno que estaba lejos de consolidarse de manera totalmente satisfactoria.
Vino una época de luchas internas, había facciones políticas que pretendían imponer alguna forma de república específica, ya fuera centralista o federalista; no sólo eso, cada provincia que componía el territorio de Nueva Granada quería su propia emancipación para poder hacerse cargo de sus propias problemáticas. Bajo este panorama el tiempo corrió, y Fernando VII recuperó la libertad que le fue arrebata por Napoleón Bonaparte.
¿Qué siguió a continuación? El ahora rey libre de España quiso recuperar sus dominios americanos. Para 1816 bajo una expedición europea encabezada por Morillo, la región de Nueva Granada fue reconquistada y la gubernatura virreinal restablecida. A este periodo nuevamente colonial se le conoció como “El régimen del Terror”. No se hicieron esperar las reacciones patrióticas que ahora tenían más vigor y mostraban más desacuerdo con el nuevo sistema impuesto. Pasarían tres años de sufrimiento y esclavitud, hasta que finalmente el 7 de agosto de 1819, las huestes emancipadoras en cabezadas por el gran héroe Simón Bolívar derrocaron al poder español que atormentaba la vida colombiana; surgió de entre la sangre y el fuego el triunfo de causa republicana. A partir de aquel momento, el Reino de Nueva Granada se trasformó en la República de la Gran Colombia.
Para concretar aquel éxito libertador, el 30 de agosto de 1821 se declaró la primera Constitución colombiana y por supuesto, Simón Bolívar fue el primer presidente.

1 En tiempos coloniales Colombia fue mejor conocida como el Nuevo Reino de Nueva Granada, y se constituía por los territorios que hoy conocemos como Ecuador, Venezuela y Panamá


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