Chile


La lucha independentista en Chile comenzó cuando se rompió el vínculo jurídico que unía a las colonias y a la corona española, debido a esto los criollos intentaron construir un gobierno autónomo.
Don Mateo de Toro y Zambrano, un hombre que se había enriquecido en la agricultura, representaba las aspiraciones de quienes deseaban un cambio profundo en el orden de las cosas.
El 18 de septiembre de 1810, en un Cabildo Abierto, se formó la Primera Junta Gubernativa, integrada por siete miembros, donde predominó el elemento criollo y su personalidad más vigorosa fue Juan Martínez, y su objetivo era afianzar y legitimar la autonomía política.

Las primeras medidas que tomó la junta fueron de carácter militar, querían organizar una fuerza que fuera capaz de resistir agresiones del exterior, también se abrió el comercio a países extranjeros y se convocó a un congreso general en el que participarían todas las provincias.
Desde un principio Chile se vio presionado por Lima y por Buenos Aíres, el primero; había manifestado su fidelidad al primer régimen y el segundo; a favor de crear una autoridad propia.
El 4 de julio de 1811, se reunió la primera asamblea deliberante, llamada el Congreso del año 1811, en la que hubo tres tendencias, una partidaria de reformas, otra que buscaba un gobierno conciliador, y la última que buscaba seguir bajo el mando de la corona.
El Congreso, que resultó ser débil e ineficaz, se disolvió por un golpe militar que dio José Miguel Carrera y su hermano, quienes buscaban seguir la vía reformista. Así se formó una Junta Gubernativa liderada por él, la cual encargo la primera imprenta y comenzó a redactar La Aurora de Chile, en 1812, también en éstos días se hace el Reglamento Constitucional de 1812, donde se reconocía a Fernando VII como soberano, siempre y cuando aceptara la constitución del pueblo chileno. A pesar del golpe militar, la estabilidad política seguía siendo inestable y aún había reservas para declarar la independencia.
Al desaparecer La Aurora de Chile surgió El Monitor Araucano, en cuyas páginas, la hostilidad a España aumentó, y no se volvió a mencionar el nombre de Fernando VII.
Este periodo de historia en Chile es llamado Patria Vieja, en el que surgió la lucha de facciones entre los partidarios de O´Higgins y los de Miguel Carrera, donde al final Carrera estableció una dictadura.
A principios de 1815 el absolutismo había triunfado y apenas no había llegado a las Provincias Unidas del Río de la Plata, el periodo reaccionario en Chile no fue de larga duración y el 12 de febrero de 1817 volvió a brillar el ideal republicano.
Un año después, el 12 de febrero de 1818, se selló la independencia política de Chile, se abatió para siempre a las fuerzas españolas y se verificó la proclamación y jura del acta de Independencia de Chile, lo que llevó a la nación a la vida libre e independiente.

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Cuba


1808.- En España comienza un movimiento contra Napoleón y en Cuba se propone una Junta de Gobierno provisional sin éxito.
1810 Cuba se opone a la esclavitud y se descubre el primer intento de independencia liderado por Román de la Luz.
1812 Fracasa la sublevación de Aponte contra la esclavitud y sus líderes son condenados a muerte, sus cabezas son exhibidas en público como ejemplo
1823 Se descubre la conspiración de los Soles y Rayos de Bolívar y se establece el absolutismo
1826 México y Colombia dejan de pelear por el dominio de Cuba y acaban las esperanzas de ayudar a terminar el dominio español en la isla.

1830 Con el descubrimiento de la conspiración del Águila Negra acaban los esfuerzos independentistas
1836 Motín de La Granja y Constitución de 1812. Movimiento constitucionalista sofocado.
1848 El presidente de EU ofrece comprar Cuba por 100 millones de dólares
1852 Últimos movimientos de independencia y de anexión
1871 Fusilamiento de ocho estudiantes de medicina y destierro de Martí a España.
1880 Abolición de esclavitud
1895 Comienza la segunda guerra de Independencia
1899 España entrega el gobierno de Cuba a EU

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Paraguay


Desde la expulsión de los jesuitas, los guaraníes oscilaron entre tratar de mantener la permanencia o el retorno de los religiosos y aceptar los Principios de Bucarelli, sin embargo, las autoridades españolas fueron rechazadas con movimientos pacíficos. Pues a quienes obedecían los indígenas, era a los misioneros y las autoridades laicas representaban un mundo extraño.
La gradual desaparición del sistema de seguridad económica colectiva había disgregado el espíritu de solidaridad comunal y las familias comenzaron a cuidar sus propios intereses.
Los religiosos que precedieron a los jesuitas, no estaban bien preparados y no lograban establecer una relación con los indígenas, aunque quienes lo lograban, era inmediatamente adoptados como consejeros, quienes entraron en conflicto con los gobernantes.

Después de la expulsión de la Compañía de Jesús, muchos indígenas decidieron emigrar a Buenos Aires, Montevideo, Asunción y Santa Fe, lugares en los que su calidad de artistas fue apreciada, inclusive por los criollos.
En 1810 Argentina declaró su independencia y los guaraníes ayudaron al general Belgrano en su campaña en Paraguay, luchando en Paraguarí, contra, los españoles, en donde Yapeyú estuvo presente con cuatro compañías a su mando.
Entre el 14 y 15 de mayo de 1811, Paraguay declaró su independencia tanto de Argentina como de España y ocupó las Reducciones del Paraná.
Después los guaraníes apoyarían al mismo general en 1812 y 1813. Elementos de Yapeyú, Concepción y Candelaria fueron integrados al regimiento de Granaderos a caballo y al regimiento de infantería América.

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El Salvador


El Salvador, antes conocido como San Salvador, fue cuna de uno de los movimientos más radicales de Independencia, las primeras revueltas registradas se dieron entre 1811 y 1814 a causa de la usurpación de tierras, impuestos y violación de las reglas institucionales.
En San Salvador, se sufría constantemente el abuso del arzobispado de Guatemala a cargo de Ramón Casus, cuyo nombramiento había despertado varias rebeliones y con la existencia de un rumor que anunciaba un levantamiento en San Salvador, el capitán José Bustamante y Guerra mandó varias tropas para que pudieran sofocar cualquier revuelta.
Hubo varios levantamientos en San Salvador entre noviembre y diciembre de 1811, pero lo que despertó varias protestas fue la aprehensión en Guatemala de uno de los hermanos Aguilar, el presbítero Manuel, estos hermanos, junto con José Matías Delgado, se habían destacado por su iniciativa para cambiar la situación reinante.
Los hermanos Aguilar y Delgado conjugaban su papel de religiosos con su posición como criollos, así no podían quebrantar las normas impuestas por la Iglesia, y sus intereses económicos los empujaban a luchar por la autonomía, por ésta situación estos dos hombres impusieron varios limites a los movimientos de liberación
Una noche un grupo de salvadoreños decidió protestar por la detención de Manuel Aguilar y el intendente se negó a responsabilizarse lo que provocó que el rechazó a los peninsulares creciera rápidamente, igual que el movimiento de oposición
A pesar de los esfuerzos de los españoles comenzaron las subversiones, algunas poblaciones se levantaron y otras escribieron cartas a la capital reafirmando su lealtad. Los mestizos y criollos sublevados alcanzaban un gran número y exigían la eliminación de impuestos. El capitán general mandó a San Salvador a dos criollos guatemaltecos, y uno de ellos fue elegido intendente, lo que logró estabilizar la situación un tiempo.

Aun así el intendente criollo José María Peinado, se enfrentó a varios movimientos de oposición y entre 1812 y 1813 que las demandas se acrecentaron, el intendente decidió formar un cuerpo especial de represión al que llamó “voluntarios honrados de Fernando VII”.
Los comicios en San Salvador apoyaban al movimiento de oposición y Peinado debió anular tres votaciones, aunque la cuarta vez que ganaron los rebeldes debió aceptarlo y así fue como uno de los mestizos más destacados de los levantamientos de 1811 llegó al poder, su nombre era Pedro Pablo Castillo, quien enfrentó una nueva confrontación con el régimen colonial, Castillo exigía la liberación de dos alcaldes de distrito que el intendente había detenido.
Después de la liberación de los alcaldes, el movimiento opositor comenzó a fraccionarse pues los criollos consideraron que no conseguirían ningún logro más, pues al exigir el desarme de voluntarios la represión se extendió y Castillo se fugó a Jamaica.
San Salvador se unió a Guatemala para intentar lograr la independencia absoluta de Centroamérica, La noticia de la independencia de México llegó a San Salvador el 21 de septiembre de 1821, el mismo día se aceptó el Acta y el manifiesto del jefe político Gainza, la intendencia quedó a cargo de Pedro Barreire quien más adelante se hizo intendente.
Después de esto se eligió a una junta subalterna que debía eliminar a las autoridades peninsulares, la declaración de Independencia hizo que Barreire temiera que la junta tomara el poder y encarceló a sus líderes más notorios, Guatemala envió al padre Delgado para atender la crisis quien hizo que Barriere se retirara del puesto lo que terminó con el dominio colonial español, el 15 de septiembre de 1821.
El 5 de enero de 1822 Guatemala decidió anexarse a México a lo que San Salvador se negó y se decidió a defender la autonomía provincial, en el periodo en que se mantuvo la anexión San Salvador estuvo en guerra.
Delgado decidió anexionarse a los Estados Unidos y mandó a una comisión a pedir la anexión oficialmente la cual nunca lograría su cometido, se buscaba la anexión para así poder lograr los ideales de libertad y democracia.

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Perú


La vida colonial en el antiguo Perú era generalmente tranquila, solo era interrumpida por algunos terremotos y rebeliones, que brotaban debido a que la burguesía local estaba harta de las leyes mercantilistas de la corona, que prohibían el libre comercio.
El malestar de la clase burguesa, la marcada diferencia de clases, el esclavismo y la pobreza, provocó el primer levantamiento importante, la rebelión independentista de Tupac Amaru en 1780, sin embargo éste fue fuertemente reprimido, pues todos sus participantes y quienes simpatizaban con la independencia fueron perseguidos y asesinados, lo que permitió mantener un virrey hasta 1821. Tupac Amaru fue brutalmente asesinado le cortaron la lengua, y le amarraron vivo a la cola de varios caballos a los cuales hicieron correr en distintas direcciones y le arrancaron la cabeza.

Entre 1806 y 1816, José Fernando de Abascal ejerció su autoridad de virrey con vigor lo que provocó que en Perú no repercutiera la crisis española de 1808, aun así hubo varios brotes independentistas como el surgimiento del periódico liberal El Peruano, el levantamiento de Francisco Antonio de Zela, la destrucción de las cárceles de la Inquisición y la rebelión y represión del levantamiento de Pucamahua.
Cuando Chile y Argentina conquistaron su independencia, los libertadores de estos dos países tomaron la decisión de ayudar a que otros países conquistaran su libertad, así en 1818 el almirante chileno, Cochrane desembarcó en Pisco y el 28 de julio de 1821 José de San Martín entró a Lima y declaró la Independencia.

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Costa Rica


En 1810, cuando las insurrecciones comenzaban en Sudamérica, la junta de Guatemala reafirmó su lealtad a la Corona y comenzó a enviar diputados para las cortes que se celebrarían en Cádiz.
Los diputados participaron activamente en la redacción de la Constitución de Cádiz y una de las participaciones más memorables fue de Costa Rica por parte del canónigo Florencio del Castillo.
Con la constitución, los centroamericanos tenían la esperanza de establecer una nueva relación entre la metrópoli y la colonia pero en 1814 cuando Fernando VII vuelve al poder termina aboliendo la constitución.
Después de esto hubo varios vaivenes entre constitucionalismo y absolutismo, el 15 de septiembre de 1821, el Ayuntamiento de Guatemala decidió declarar la Independencia y juntarse más adelante para debatir sobre la anexión a México.

El 1 de diciembre se promulgó el Pacto Social Interino, mejor conocido como Pacto de Concordia, en donde se reconocía el derecho de Costa Rica a constituir una nueva forma de gobierno, se reconocía los derechos de los habitantes y más adelante se decidiría a qué estado se iba a adherir. El gobierno quedó a cargo de una Junta Superior Gubernativa, la primera tomó el poder el 13 de enero de 1822.
Costa Rica aprobó la anexión a México, aunque cabe resaltar que nunca hicieron el juramento de lealtad a Iturbide, la anexión provocó enfrentamientos armados entre imperialistas y republicanos y el 5 de abril de 1823 se venció a los partidarios de la anexión y después se supo que el 19 de marzo Iturbide había sido obligado a renunciar como emperador.
El 1 de julio de 1823 la Asamblea Nacional Constituyente, reunida en Guatemala, proclamó la independencia absoluta del reino de Guatemala y en marzo de 1824 Costa Rica quedó formalmente agregada a las Provincias Unidas.
En 1838 Costa Rica se separó de las Provincias Unidas después de un intento de invasión y algunos levantamientos armados, hasta que el 31 de agosto de 1848 se proclamó la República de Costa Rica.

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Guatemala


La Capitanía General de Guatemala1 al igual que el resto de las colonias hispanoamericanas, buscó durante el siglo XIX una independencia de la Corona Española que le permitiera gobernarse por sí misma para cuidar sus propios intereses e impulsar el progreso económico individual.
Sin perder la historia fundamental que ha caracterizado a otras independencias, debemos señalar que Guatemala en los inicios de las luchas independentistas (de 1808 a 1812) era una región que quería permanecer a las órdenes de la Corona española. Según las élites que poseían el poder gubernamental, la monarquía peninsular les permitía poseer ciertos privilegios sociales y económicos dentro de la propia colonia, y aunque el pueblo estaba en condiciones de “desarrollo” deplorables, las clases sociales acomodadas aseguraban que el sistema de estado en que vivían no era tan inadecuado. Sin embargo, esta situación de “pasividad” en la población no sería muy prolongada. En 1812, la Capitanía de Guatemala comienza a sentir temor de que los ideales de emancipación desarrollados en México llegaran a su territorio que tendía a favorecer al sistema colonialista. Sus intuiciones no estaban tan equivocadas, pues para el año siguiente, Guatemala viviría un intento de rebelión por parte de un grupo de clérigos, abogados, médicos y militares que pretendían buscar la libertad y la soberanía de su tierra natal. Tenemos que reconocer que este movimiento fue totalmente reprimido; empero, también debemos destacar que no murió ahí la causa libertadora.
De 1814 a 1817, la política de Fernando VII provocó que en Guatemala se vivieran momentos de alta represión, aparentemente se mantenía un orden que reflejaba la “estabilidad” del aparato monárquico peninsular. ¿Hasta qué punto hubo realmente una tranquilidad política en la Capitanía? A decir verdad nunca hubo un fallecimiento absoluto de deseos emancipadores en las tierras del centro de América; aunque la capital de Guatemala estaba asentada, las otras localidades que componían a la colonia centroamericana se encontraban en constante lucha por convertir sus territorios subyugados en naciones republicanas.
Para 1817 llegó a gobernar el Capitán Carlos Urrutia y Montoya que debido a su edad avanzada, no aplicó la mano estricta del orden; por fin la capital de Guatemala pudo dar a conocer de cierta manera su interés por independizarse de España. Tres años después y aún con Don Carlos en el poder, Guatemala experimentó con más fuerza un tiempo de descontento popular; ya se dejaba entrever que la sociedad no estaba bien y que la política no era tan estable como se pretendía proyectar.
Con las guerras internas de España y con los movimientos emancipadores de América, la Capitanía General de Guatemala no tuvo más remedio que declarar su independencia un 15 de septiembre de 1821. Fue México el principal elemento que influyó para que Centroamérica decidiera declararse libre2.
¿Y qué pasó después de que España dejó de dominar a Guatemala? Nada. Las cuestiones políticas no cambiaron ni siquiera de líderes; las clases acomodadas continuaron con sus privilegios y los pobres siguieron estando desamparados. La oligarquía que poseía el poder en el periodo colonial siguió en el territorio “libre y soberano”.

¿Y entonces qué pasó con este “sincambio”? Guatemala se anexó al Imperio de Iturbide. La oligarquía reinante creyó necesario contar con el respaldo de un rey para conservar sus privilegios económicos. Honduras, San Salvador, Chiapas y Nicaragua seguían siendo hostiles a la capital de Guatemala, se necesitaba entonces un poder mediador que ayudara a reprimir los movimientos más radicales que buscaban en serio una república. Este apoyo en la monarquía de México, fue un deseo más colonialista y conservador, que al final de cuentas no triunfó en lo absoluto. Para 1823, el risible reinado de Agustín de Iturbide cayó derrotado por las manos republicanas del General Antonio López de Santa Anna. Como es lógico, Guatemala no tuvo más remedio que declararse una vez más independiente, esto aconteció un 1 de julio de 1823.
Aquí tenemos que detenernos un momento y decir que Chiapas fue una localidad guatemalteca que no quiso seguir los pasos de su madre patria. Como actualmente sabemos, Chiapas decidió seguir adherida a México, pero ahora bajo el régimen republicano3. Esto trajo muchos problemas entre México y Guatemala durante todo el siglo XIX, y verdaderamente no se arreglaron sino hasta el gobierno de Justo Rufino Barrios.
Continuando con la historia de Guatemala, debemos decir que se hizo una Unión Centroamericana que englobó a todos los territorios que compusieron a la Capitanía General4, aunque todos ellos se formaron con independencias dispares, se intentó armar una “gran república” que no duró por mucho tiempo, cada población tenía sus propias necesidades, y ponerse de acuerdo en un gobierno muy general no traía los beneficios que se esperaban. Finalmente la unión Centroamericana se disolvió en 1842 y cada región manejó su gobierno como mejor le convino, claro es, Guatemala no fue la excepción.


1 La región americana que hoy denominamos República de Guatemala, durante el periodo colonial fue mejor conocida como: Capitanía General de Guatemala; en aquel tiempo se conformaba por los territorios de Chiapas, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Comayagua, Ciudad Real y León. Estos tres últimos se anexaron a la Capitanía durante el siglo XIX.
2 La declaración del plan de Iguala en México y las independencias del sur de América, hicieron que la aristocracia de Guatemala hiciera conciencia de que la Capitanía ya no podía ser colonia de España, ellos mismos que habían defendido el poder peninsular, tenían que proclamar la independencia si quería conservar el poder.
3 Esta decisión se hizo oficial el 14 de septiembre de 1824. El Soconusco fue la única parte de Chiapas que sí se quiso quedar como una región de Guatemala.
4 Hablamos de Costa Rica, Honduras, Nicaragua y El Salvador.


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Honduras


Cuando dominaba el poder español en América, no existía una división de “países”1 como lo entendemos actualmente en el territorio que hoy conocemos como la región Centroamericana, era más bien considerado como un solo reino, compuesto por diversas provincias, que estaba sujeto a la Corona española.
A continuación, nos centraremos en el caso de la independencia de la Provincia de Comayagua hoy República de Honduras.
Debido a la unidad política de Centroamérica en tiempos de la colonia, es necesario señalar que el proceso de emancipación respecto de la Corona Española, fue “el mismo” para la zona centroamericana, al menos, hasta 1821. Desde los inicios del siglo XIX y hasta el ya mencionado año 1821, la provincia de Comayagua disputaba con el resto del Reino guatemalteco una independencia política que le permitiera administrar sus propios bienes materiales y económicos; esta situación la reclamaba principalmente, una pequeña élite social. Durante éste tiempo, los ideales republicanos que pretendían una libertad política y económica absoluta, no estaban totalmente desarrollados, más bien se buscaba una separación de España, para que el mando y los privilegios de la dominación recayeran en las familias con un nivel social destacado. En aquellos reducidos grupos sociales encontramos a los criollos adinerados y a algunos peninsulares.
¿Y qué pasaba con el resto de la población? La opinión de los mestizos, mulatos e indígenas, no tenía un valor en sí; ya sea porque no se le tomaba en cuenta o porque no era expresada. Las masas populares servían más como instrumentos de movilización y presión política, que como ciudadanos pensantes con una opinión válida.

Durante este primer tercio del siglo XIX, Honduras vaciló entre el poder del centro guatemalteco y su independencia; es decir, había momentos en que su actividad política dependía de la Capitanía General de Guatemala y había otras ocasiones en que lograba organizarse individualmente por medio de una Junta Provincial; empero, es necesario destacar, que hasta 1821 sus decisiones gravitaron en torno a los deseos de la Corona española. Específicamente, fue el 15 de septiembre del año ya mencionado, cuando la región centroamericana (en general), se independizó del poderío español; sin embargo, esto sólo sirvió, para integrarse al Imperio de Iturbide.
Las oligarquías dominantes de Centroamérica tenían la esperanza de que uniéndose al Imperio mexicano, sus privilegios como élite especial serían respetados; creían que sin la presión de España, ellos podrían tomar el poder sin que México llegara a intervenir de forma determinante. Paralela a esta situación, podemos mencionar que ya se desarrollaban los enérgicos ideales republicanos, cada vez había más partidarios de que la Provincia de Comayagua se gobernara a sí misma sin necesidad de entregar cuentas a nadie. La sorpresa vino después; para el año de 1823 el Imperio de Iturbide fue derrocado por los alzamientos del General Antonio López de Santa Anna, Vicente Guerreo y Nicolás Bravo. Nuevamente Centroamérica se vio en la necesidad de un reacomodo político. ¿Cuál fue la solución? Independiente al poder mexicano, se creó la República Federal Centroamericana. ¿Ésta fue la acción definitiva para la paz en Centroamérica? No. Una vez que se organizó la República, los intereses localistas de las ex provincias se hicieron más notables; todos querían prioridades y beneficios, definitivamente más que una unión política sólida, la República inspiró el espíritu individualista de las regiones.
Después de varios años de lucha, desacuerdos, represiones y crisis, Honduras se convirtió en un Estado soberano e independiente un 23 de octubre de 1838. Para el año siguiente en el mes de enero, se promulgó la primera Constitución de la Nación hondureña con un carácter plenamente soberano.

1 El término “países” debe ser utilizado bajo la conciencia de que en la época colonial, éste concepto no se manejaba con la acepción actual, es más bien una palabra que por la circunstancia nos facilita el manejo del tema en el texto.


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Nicaragua



Los primeros brotes de independencia en Nicaragua ocurrieron entre noviembre de 1811 y abril de 1812, se caracterizaron por la alta participación de los indígenas y su marcado carácter popular, pues se buscaba mejorar las condiciones de vida de las comunidades indias, éstos movimientos no tuvieron éxito, pues fueron reprimidos con fuerza con la participación de las autoridades de Guatemala.
La Junta de Notables convocada por Guatemala declaró la independencia el 15 de septiembre de 1821, inmediatamente Centroamérica se anexó a México, pero por varios problemas se separó en 1823, cundo se promulga la independencia de Centroamérica y se le declara federación, sin embargo empiezan a surgir problemas como la preponderancia de Guatemala y Nicaragua se independiza el 30 de abril de 1838.

En 1853 sube al poder Frutos Chamorro, quien en 1854 proclama la nueva Constitución que le permite reelegirse por un periodo de 4 años, en respuesta, los liberales Máximo Jerez y Francisco Castellón reclutaron mercenarios para tener las fuerzas a su favor.
El estadounidense William Walker, llegó al país con varios mercenarios y tomó el poder en Nicaragua el gobierno de EU, reconoció rápidamente el mandato de Walker, pero la intervención extranjera ya no es nuestro tema.

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Panamá



Panamá fue una región aislada de las independencias americanas de principios del siglo XIX; es decir, pasó los primeros años de su vida decimonónica fiel al poderío español. El territorio panameño aunque sabía de la existencia de los ideales libertadores, no llegó a desarrollarlos como en otros lugares del continente americano. ¿A qué se debió esta situación de escepticismo libertario? Se puede deducir que la razón fundamental se derivó de los actores políticos que gobernaban el territorio; cuando Don Alejandro Hore llegó a ser gobernador de Panamá en los primeros años del siglo XIX, la política de gobernación se mostró rígida, absolutista y perseguidora de los que predicaban las ideas de emancipación. Ésta forma de dominio llevó a Panamá a ser un territorio con tendencias favorables a la Corona española. Las pocas manifestaciones que pretendían una independencia soberana eran reprimidas por la poca energía y el escaso apoyo de la población.
En 1819 surgieron las primeras luchas enérgicas que querían hacer del istmo una nación republicana; empero, estas manifestaciones libertadoras no vinieron directamente de la población panameña, más bien emanaron de los deseos e intereses ingleses y de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. El levantamiento no duró ni veinte días, las fuerzas realistas de Don Alejandro Hore recuperaron el dominio del Istmo para la mano de España.
El destino quiso que a mediados de 1820 la vida de Hore se extinguiera. En ese mismo tiempo llegó a suplirle el brigadier Pedro Ruiz de Porras; aquel hombre aunque también estaba a favor del poder peninsular, practicaba la tendencia constitucionalista, ¿qué significó esto para los panameños? Un cambio en la dinámica del sistema gubernativo, ahora el absolutismo se dispersaba y se abría paso un ambiente de tolerancia para las ideas políticas; a sí mismo, para la libertad de expresión. Comenzó una época de desarrollo para el pensamiento independentista, aunque con altas y bajas, la población de Panamá comenzaba a vivir con más intensidad la influencia libertaria.
Para el año siguiente la firmeza que presumía el poder español en Panamá comenzó a vacilar. Entre los pobladores del Istmo ya no existía un espíritu de fidelidad a España; Panamá estimaba que las oportunidades de crecer a partir del comercio ya no eran le eran suficientes; empezó sentir la frescura de la independencia y la soberanía que cada vez le atraían más.
A mediados de agosto de 1821 asumió el poder el mariscal Juan de la Cruz Murgeón; la Corona española le había prometido el puesto de virrey si lograba reconquistar el territorio granadino ocupado por las huestes insurgentes. Como era predecible la ambición no pudo esperar, y para octubre de aquel año, el mariscal salió rumbo a Ecuador para emprender las batallas de reconquista; sin embargo, las circunstancias hicieron que aquel acto fuera el principio del final de la dominación peninsular.
En Panamá habían quedado pocos soldados españoles para cuidar al territorio de la insurgencia, en contraparte, había una población deseosa de libertad pero que para conseguirla no quería derramar la más mínima gota de sangre. ¿Cómo pretendían los de Panamá lograr una independencia sin necesidad del derrame de sangre, cuando se encontraban frente a las tropas de Cataluña? La estrategia que siguieron los líderes libertadores fue muy curiosa: una vez que los soldados se encontraron solos cuidando el istmo, los cabecillas insurgentes, por medio de contactos internos, pagaron a los militares catalanes para que desertaran de la milicia y dejaran el territorio libre para consumar la independencia. Una vez que esta situación progresó, no hubo marchar atrás.

El poder de Panamá lo tomaron los panameños, y el 28 de noviembre de 1821, se hizo la Declaración de independencia. Aquí, y después de algunos procesos burocráticos, terminó el dominio español para el Istmo.
Cuando México supo de la emancipación panameña, Iturbide propuso que el territorio del Istmo fuera anexado a su imperio; sin embargo, los políticos de Panamá reflexionaron que adherirse al Imperio mexicano era como si sólo hubieran hecho un cambio de dueño; además, consideraban que la distancia que los separaba del territorio mexicano representaría un problema para gobernar. La invitación de Iturbide fue rotundamente rechaza.
No corrió con la misma suerte Colombia. Panamá después de su independencia creyó que debía cuidar su libertad uniéndose a un pueblo un poco más “poderoso” que garantizara sus derechos soberanos. La Gran Colombia fue una buena oportunidad y el gobierno panameño se unió voluntariamente a este sistema de gobierno. Después de algún tiempo la anexión dejó de ser una alternativa buena; tras varios intentos separatistas, Panamá se independizó el 3 de noviembre de 1903 declarándose una Nación libre y soberana.

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Brasil


La emancipación de Brasil es un caso muy especial e interesante.
A principios del siglo XIX la corona portuguesa soberana de Brasil, se vio amenazada por la invasión de Napoleón Bonaparte a la península Ibérica. La vida del regente don Juan (hijo de la reina María) y la familia real, no poseían garantías de seguridad en ningún aspecto, ni podían pensar en la estabilidad de su reinado. Tenían que tomar una decisión rápida y coherente que permitiera la sobrevivencia del poder portugués.
¿Cuál fue la decisión acordada?
La corona de Portugal decidió trasladar el poder real a su colonia americana, es decir, a Brasil. A partir de entonces, el territorio brasileño se convertía en el centro de poder portugués; el regente Juan acompañado de toda la Corte llegó a América en 1808. Desde aquel hecho, Brasil abría sus puertas al comercio y a la industria, vivió de cierta forma una estabilidad económica y social muy benéfica.
Una vez que fue derrotado Napoleón ya no había problema en regresar el poder central a Portugal; sin embargo, resultaba conflictivo trasladar nuevamente todo el mando, además era casi imposible restaurar el colonialismo de antes. Don Juan, decidió que no regresaría a Europa y concretó en Brasil la autoridad del reino; empero, para 1820 una revolución civil en Portugal orilló al (ahora) rey Juan VI a regresar a Lisboa, dejando el mando brasileño en manos de su hijo Pedro.

Una vez en Lisboa, las cortes portuguesas exigían reducir a Brasil a un estado de colonia nuevamente, como era de esperarse, el pueblo brasileño se organizó para armar movimientos independentistas, logrando que don Pedro aceptara dar el grito de Ipiranga el 7 de septiembre de 1822. De esta forma, Brasil se gobernó bajo un sistema de monarquía constitucional independiente de Portugal.
Pasó el tiempo y la monarquía reinó, pero no para siempre. En 1889 un golpe de estado militar provocó que el imperio cayera, estableciéndose así, un sistema republicano.

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Uruguay


La región sudamericana que hoy entendemos como República Oriental del Uruguay vivió durante el siglo XIX diversos niveles de emancipación ¿Con qué objetivo? Con la finalidad de construir una nación independiente con mejores oportunidades de trabajo y comercio que permitieran el desarrollo económico y político de la sociedad.
Pero, ¿por qué hemos dicho que vivió diferentes niveles de emancipación? Primero; porque fue en el año de 1808 cuando en Montevideo (ciudad principal de la Banda Oriental del Río de la Plata) se crea por primera vez una Junta de Gobierno que pretende tomar las riendas del poder independiente a la dominación virreinal; sin embargo, es fundamental aclarar que esta “independencia” no fue con el objetivo de separarse de la Corona española; sólo fue un recurso político de estabilidad mientras pasaba el ataque de las fuerzas napoleónicas en Europa y mientras liberaban al rey Fernando VII que se encontraba en prisión por órdenes de Napoleón Bonaparte. Esta decisión tan controvertida se derivó fundamentalmente por la enemistad del Virrey Don Santiago de Liniers (un hombre francés pero leal al reinado español) y el gobernador de Montevideo, Don Francisco Javier de Elío. Para el gobernador de origen español era difícil estar subordinado a las órdenes de un compatriota napoleónico, es decir, de un francés. Por otro lado, bien vale la pena mencionar que los intereses de expansión portuguesa en América, a partir del traslado de la Corona a Brasil, también representaban un peligro para el reinado español. Al final de cuentas, la Junta de Gobierno fue disuelta y Montevideo regresó a formar parte del Virreinato.
El segundo nivel de liberación se dio en 1811, cuando los “gauchos”1 decidieron buscar la separación definitiva de España, ahora sí podemos señalar una revolución armada que buscaba una entera independencia; el único conflicto que existía, era que el movimiento no poseía un plan político definido. ¿Contra quién se emprendía esta lucha si la misma Corona Española estaba desagarrada y débil? La lucha por la independencia, la tuvo que enfrentar Don Francisco Javier Elío que ahora se desempeñaba como Virrey; sin embargo, su capacidad militar no era tan fuerte como para resistir una embestida popular; se vio en la necesidad de pedir ayuda a un “vecino peligroso”: Brasil, bajo la tutela portuguesa ¿Los gauchos quedaron solos frente a Brasil? No, a las huestes revolucionarias se les unió la Junta de Buenos Aires; no hubo éxito en cuanto a los fines independentistas, pero sí se logró una pacificación entre la corona de Portugal y la Junta de Buenos Aires: firmaron un armisticio. Los gauchos siguieron su lucha pero ahora bajo los estandartes de la soberanía popular y la autonomía del pueblo con José Gervasio Artigas; ahora se poseía un perfil revolucionario que daba sentido a la lucha armada.
Para junio de 1814 el dominio español es completamente debilitado y entrega el mando de la ciudad principal: Montevideo. Ahora el poder de la Banda Oriental quedaba en manos de la Junta de Buenos Aires que había sido aliado interesado de las tropas artiguistas.
Una vez que Buenos Aires tomó las riendas del dominio, desconoció la participación del líder José Artigas, lo que provocó que los orientales volvieran a tomar las armas pero ahora en contra de la Junta de Buenos Aires. El 21 de marzo de 1815 la ciudad de Montevideo es recuperada por los combatientes orientales.
Hasta aquí ya se llevó a cabo otro nivel de emancipación pero, que aún no completa el cuadro de una total independencia soberana.


Mapa de la ex Banda Oriental


Ahora sin Buenos Aires ni España estorbando, Brasil se volvió un enemigo para la Provincia Oriental; en 1816 comenzaron los ataques portugueses hacia la ciudad de Montevideo; sin embargo, fue el 20 de enero de 1817 cuando el jefe portugués Carlos Federico Lecor se apoderó finalmente de la ciudad. ¿Qué seguía en el plan brasileño? El siguiente paso era anexar al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarves todo el territorio de la Banda Oriental; éste acto se llevó a cabo en julio de 1820; al territorio integrado se le denominó Provincia Cisplatina.
El norte de lo que hoy conocemos como Uruguay fue dominado absolutamente por colonos portugueses, pero el sur, siempre tuvo un carácter más independiente que buscaba insaciablemente la soberanía autónoma. En 1825 el general Antonio Lavalleja y otros treinta y tres hombres uruguayos refugiados en Buenos Aires organizaron un ejército de dos mil soldados aproximadamente, tenían el objetivo de recuperar el territorio oriental; en esta ocasión contaron con el apoyo de la ciudad que los alojó.
El 25 de agosto de 1825 se elaboró la Declaración de Independencia y el 20 de febrero de 1827 se efectuó la batalla decisiva; “los treinta y tres orientales”2 derrotaron inminentemente a las tropas de Brasil en la zona de Ituzaingó. Finalmente el 27 de agosto de 1828 se firmó la Convención Preliminar de Paz entre el Imperio de Brasil y las Provincias Unidas de la Banda Oriental. A partir de aquí se hizo la independencia de la Cisplatina.


Óleo de Juan Manuel Blanes “Los treinta y tres orientales”.



Después de dos años, en 1830 se elaboró la primera Constitución republicana, la cual, fue jurada el 18 de julio del mismo año. Con base en estás acciones políticas, tenemos el nacimiento de la República Oriental del Uruguay.

1 Los gauchos tenían una acepción similar a los criollos mexicanos.
2 Nombre con el que se denominó al ejército revolucionario de Lavalleja.


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